Colombia ¡es más!
La nación entera, sus mujeres, sus juventudes, tienen fuerza en el corazón, ¡coraje!
Colombia ¡es más! +

Desde hace décadas se permite a violentos, criminales y vándalos financiarse con cuanto delito existe, atemorizar al pueblo, confinarlo al encierro, robarle el derecho a usar el espacio público y a caminar por calles, parques y campos. Oprimen a campesinos, aborígenes y afrodescendientes, como en Cauca y Chocó.

Nuestro país, de mal en peor, está desilusionado, indignado, confundido. ¿Cómo no? ¿acaso no se doblan rodillas ante quienes atentan contra la honra y los cuerpos de mujeres, niñas y niños, la vida, bienes, sosiego, dignidad y libertad?

Paz ¡sí!, pero no así: ¡no amarrando las manos de la fuerza pública!

Ataques al sector productivo y discursos demagógicos, en vez de acciones gubernamentales eficientes, agrandan las deudas ante la nación. Las aspiraciones razonables y legítimas de las gentes pueden ser resueltas, pero el presupuesto se dilapida en robos, burocracias y despilfarro.


Las extremas se necesitan para dejar vacío el espacio del encuentro, la unidad y la reconciliación.

Se acusan de golpes y atentados, amenazan, causan temor y violencia. Dicen nuestros campesinos que, cuando dos toros pelean, los que sufren son la cerca y el corral. Dan bandazos como un vehículo cuyo conductor quiebra para no desbarrancarse, pero sobrecorrige y al otro lado aparece un nuevo peligro, y así sucesivamente. No se estabiliza: marcha sin rumbo ni ritmo.

Cacarean que gobernarán desde el territorio, como si viajaran con regalos a colonias lejanas. Centralistas y caudillistas se oponen a la autonomía, y a apoyar con descentralización real las capacidades de la ciudadanía, alcaldes y gobernadores para resolver los problemas locales.

Minorías vociferantes y bodegas productoras de falsas noticias de odio y resentimiento monopolizan y se turnan el micrófono para aplastar ciudadanías, libertades y derechos.

Ni neoliberalismo ni estatismo ramplón. Colombia, que enfrenta problemas complejos, es más que extremismos, guerrillas, narcos, paramilitares, políticos y corrupción.

¿Qué hace la gente frente a sus problemas? ¡Actúa! Con alborotos y recriminaciones, sin acciones colectivas bien planeadas y ejecutadas, nunca se resolverán los desafíos de hambre, inseguridad, discriminación etc.


En mujeres y jóvenes reposan grandemente las posibilidades de la paz, la libertad, el medio ambiente y la transformación de la democracia

Las mujeres prohíjan vida, paz, perdón, reconciliación, convivencia, y las cabezas de familia soportan buena parte de la sociedad colombiana. Empoderándose, han avanzado sobre el patriarcalismo. Su agenda continúa: feminicidio, violencia doméstica, acoso, igualdad real e integral, apoyo mutuo.

La juventud colombiana quiere avizorar un futuro de oportunidades, pero desconfía de las instituciones y se siente desamparada por el Estado. Han de sacudir cualquier apatía, desesperanza o explosividad, y ganar decenas de cargos de elección popular para construir el país que soñamos y merecemos.


Lo aparente encubre la verdad. Las extremas no son valientes sino facilistas.

Lo atrevido es pararse firme, como hizo el legendario Ulises amarrándose al mástil para no sucumbir al canto de las sirenas. Como Luther King, Gandhi y Mandela, líderes que se mantuvieron erguidos frente a las extremas. Llamamos a la acción no violenta, a una insurrección pacífica de las almas y las mentes. No más corrupción, politiquería y malos gobiernos. ¡Seamos el cambio que queremos para el país y el mundo!

Parafraseando a Martí: Libertad es el derecho que toda persona tiene a ser honrada, a pensar y hablar sin hipocresía. Quien no se atreve a decir lo que piensa, no es honrado. Las bestias necesitan ser libres para vivir dichosas: el elefante no quiere tener hijos cuando vive preso; la llama del Perú se echa y se muere cuando se le habla con rudeza, o se la sobrecarga. Hay que ser, por lo menos, tan decoroso como el elefante y como la llama.


¡La re-evolución humana es ahora! Nada tan poderoso como una idea cuando ha llegado el tiempo de esa idea (Víctor Hugo). Es hora de actuar con coraje, rechazando el chantaje de las extremas. ¡No más bandazos! ¡Pasemos estas páginas oscuras!¡Colombia es más!

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ADENDA DE PUNTOS PROGRAMÁTICOS A ESTE LLAMAMIENTO

Claro está que hay que enarbolar ideas, programas, proyectos y propuestas concretas. Pero ningún programa tendrá validez si no es el producto de una gran participación ciudadana. Po r lo anterior, y sin la menor pretensión de exhaustividad, señalamos una serie de puntos que han sido decantados en la práctica del debate político de los últimos tiempos, así este haya sido abigarrado y merezca mejores conducción y metodología, y el liderazgo distribuido de centenares de mujeres y hombres a lo largo y ancho del país:


  • Pensar cada cual por sí mismo, evitando sucumbir al pensamiento simplista y fanático de la extremas y a los discursos de odio y discriminación. Participar en el espacio de lo público aportando lo mejor de cada cual a la sociedad colombiana.
  • Reconstruir la sociedad y el Estado desde la ética, los valores y la confianza, los derechos fundamentales, la libertad de prensa y opinión, y la democracia pluralista. Exigir la proscripción de la apología de la violencia.
  • Presionar por claras y consistentes políticas de seguridad contra narcotraficantes, bandas armadas y delincuentes, que permitan a la fuerza pública ejecutar acciones contundentes dentro de los marcos del Estado de derecho. Exigir seriedad en cualesquiera propuestas de salida negociada a los conflictos. ¡No más vándalos ni armados ilegales! Espacio público, calles, parques y campos para la gente.
  • Privilegiar la prevención, y correctas políticas de reincorporación juvenil a la legalidad.
  • Realizar programas que representen avances reales en materia de equidad social, solidaridad, y superación de la pobreza, lejos de la demagogia electoral.
  • Abordar las cuestiones ambientales y la transición energética con decisión, estrategia y sentido práctico.
  • Impulsar una estrategia radical de descentralización y autonomía para los niveles territoriales, desde el municipio hasta las regiones, que distinga las competencias de acuerdo con la naturaleza de los problemas, las capacidades locales y las autoridades elegidas popularmente.
  • Apoyar enfáticamente la educación inicial, promover acceso universal a educación de calidad ligada a oportunidades de empleo, trabajo y emprendimiento para las juventudes, desatar un gran movimiento multicultural y estimular el deporte.
  • En salud, acordar reformas estructurales por un servicio público eficaz para la ciudadanía, digno para los profesionales, y que preste atención a la salud mental.
  • Ejecutar prácticamente una reforma agraria y de desarrollo rural adecuada a nuestros tiempos.
  • Mantener una digna política internacional por la democracia, la paz y la autodeterminación de los pueblos.
  • Luchar en la práctica, y no solamente con discursos, por un Estado eficiente y por la probidad y la austeridad en el manejo de lo público.
  • Organizar una Misión Justicia que fundamente reformas para combatir la impunidad, mejorar el acceso a la justicia y lograr la descongestión.
  • Movilizar Estado y sociedad en defensa de mujeres, niñas y niños, por la superación del patriarcalismo, del racismo y de toda discriminación.
  • Apoyar la ciencia y la tecnología, y acordar políticas industriales avanzadas.
  • Estimular el desarrollo económico empresarial y la responsabilidad socioambiental.
  • Exigir la intervención del Estado para garantizar calidad y precios razonables en los servicios públicos.
  • Exigir reformas contra el fraude, la compraventa del voto y el uso de la violencia en política.
  • Impulsar desde nuestra conducta personal una re-evolución humana y una amplia cultura de paz y convivencia, sobre la base del respeto por el otro y la otra como legítimos otro y otra en la convivencia.